Cuenta una leyenda muy antigua de Perú que existió una vez una familia de campesinos muy pobre, compuesta por el matrimonio y cinco hijos. Apenas tenían para comer, y sobrevivían gracias a un campo de maíz. Con el maíz hacían tortas y pan con el que podían comer y parte del maíz que les sobraba, lo vendían por las tardes en el mercado. Sin embargo, la única que trabajaba en esa familia era la madre. Ella se encargaba de cuidar, recolectar, cocinar y vender el maíz. Ella llevaba la también casa, y mandaba cada adía a sus hijos al colegio. Mientras, el marido holgazaneaba sin hacer absolutamente nada. Un día, la muchacha estaba realmente agotada, y no pudo recolectar suficiente maíz. Al hacer recuento, se dio cuenta de que ese día no podría hacer pan suficiente para comer, y mucho menos llevar maíz al mercado para traerse unas pocas monedas. Desconsolada, lloró y lloró... Si su marido le ayudara, podrían unir fuerzas y recolectar mucho más maíz, pero no lo conseguiría, porque él e...
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