-LA PRINCESA ACAFALA
Cuenta
la leyenda que una vez nació una princesa tan hermosa como las estrellas. Y
según crecía, aumentaba su belleza. Era morena, su pelo era negro como el
azabache y su piel morena y suave como el terciopelo. Todos la adoraban, porque
además era inteligente y muy elegante. La princesa, que se llamaba Acafala,
causaba admiración y todos caían rendidos ante su belleza.
Sin
embargo, la princesa Acafala tenía un defecto: se creía tan y tan hermosa, que
competía incluso con la luna, el sol y el arcoíris. Caminaba por la playa
retando al mar:
-
¿Acaso no ves que soy más hermosa que tú?- le decía.
Sus
padres le presentaron sin éxito decenas de pretendientes. La princesa Acafala
les rechazaba a todos, porque no podía sentir por ninguno más amor del que
sentía por sí misma. ¡Se quería demasiado!
Sus
padres, un día, le dijeron que debía escoger marido, que existían muchísimas
personas con muchos dones y valores. Pero ella, llena de vanidad y soberbia, se
escapó, y fue hasta la playa.
-
¡Miradme, estrellas! ¡Miradme bien! - le gritó al cielo- ¿No soy hermosa? ¿Por qué se empeñan mis
padres en casarme con nadie? ¡Nadie podrá superar nunca mi belleza! ¡Yo solo quiero
que me admiren, nada más!
Las
estrellas, al oír aquello, y sorprendidas ante tanta vanidad, decidieron darle
una lección, y la transformaron en estrella, pero no en una como ellas, sino en
una estrella que tendría que vivir para siempre en el fondo del mar, en medio
de una profunda oscuridad y lejos de todos.
Y
así fue cómo nació la primera estrella de mar, una estrella hermosa, de lindos
colores, pero alejada de todas las miradas y solitaria, muy solitaria.
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